ESCRITORA Y POETA ANDALUZA MERCEDES NORTE MOHAMED

HOJAS SUELTAS ES LA PRIMER PARTE DE UNA TRILOGÍA YA EN EDICIÓN...

                                             I

 

Sólo un hombre, sólo unas manos,

sólo un espíritu indomable,

sólo el saber de la alquimia sagrada

del alimento del alma.

Con la inocente inocencia de un niño,

con la sabiduría aprehendida en la vida,

entre cuevas, montes, piedras y nostalgias,

equilibraste tu sendero, amaneceres ...

Naturaleza viva, añora todo tu ser,

cielos rasos que hipnotizan,

largos paseos otoñales perfumados de humedad

miradas recurrentes hacia lejanos horizontes ...

Y al anochecer, haces un guiño a la vida,

por hacerte hijo digno y merecedor de ella ...

Y cierras los ojos y sueñas otro día, otro día más,

otro amanecer, para poder añorar.

 

 

 

 

                                               III

 

Prendiste el fuego que calienta y apasiona,

susurraste un aire que renueva y acaricia,

derramaste el agua que limpia,

transforma y da vida,

germinaste la tierra que nutre y alimenta.

Avivas un fuego incontrolado, pira para otros,

resurges como aires de vendaval y torbellino desbocado,

engendras a pesar del agua estancada y el pozo seco,

pesadillas de estepa tierra, baldía y barbecho.

Entusiasmarás con el fuego del origen, principio y fin,

música en el aire inspirador de la palabra libertadora,

inundarás la linfa que fluye, regenera y muta,

amarás por encima de todas las cosas a la madre tierra, tierra y madre,

acogedora de tus propias semillas.

 

 

                                   LXXXIII

 

Bajan las pléyades… 

y parecen caer sobre cada mujer

 

de este nuevo mundo,

 

bendiciéndolas con su luz,

 

tenue, a la vez que cegadora…

 

sobre cada mujer libre,

 

que canta a la libertad.

 

Una me atravesó el corazón…

 

y siento su energía,

 

vibrando entre mis brazos,

 

hoy amo más la vida,

 

hoy siento lleno el corazón,

 

hoy el inframundo está cerrado,

 

hoy de nuevo sale el sol.

 

 

                                      XCVII

 

Ceñidas palabras,

 en los laberintos de un pensamiento,

 posado en el humo,

 de un cigarrillo de marihuana.

 Peinaba las canas,

 de un porvenir en la distancia,

 del beso del alma,

que endulzaba,

cada madrugada.

Hirviendo mareas,

asando castañas,

lavando el romero,

con la lavanda,

que huele a limpio,

que huele a campo,

que sabe a almizcle con tu mirada.

Prados de sentimientos,

risas a los cuatro vientos,

de la exageración de tu verbo,

en la sorpresa,

de tu entendimiento,

Con la nobleza del tiempo,

en la ironía del momento.

 

-De "HOJAS SUELTAS"-

(MERCEDES NORTE MOHAMED